El domingo pasado fue el 7° cumpleaños de Curiosa_2. Como está en plena fase “cocinillas“, uno de sus regalitos fue el libro “MUG CAKES. Bizcochos en taza listos en 5 minutos“, uno de los estupendos libros de Su y Mc, fundadores de Webos Fritos (os enlazo su web porque es magnífica, ¡no dejéis de visitarla!).
Para mí, elegir y cocinar una receta de esta web significa éxito rotundo, que puedo confiar en que la receta ha sido probada y requeteprobada, y que no voy a perder ni el tiempo ni los ingredientes (salvo catástrofes naturales propias de almas descarriadas, por supuesto). Y esto, para un tripadre y una trimadre exhaustas, es #oropuro.
Curiosa_2 enseguida se puso a repasar el índice que viene al final y eligió para la cena suya y de sus hermanos el “Mug cake salado de tomates y aceitunas” (¡sin aceitunas!). Ella se mueve con soltura por la cocina desde muy pequeñita, es muy organizada y enseguida reunió todos los aperos necesarios para empezar.
Curioso_3 no perdía detalle, y Curioso_1 estaba listo para actuar en caso de que fuera necesario, porque ya se había leído el libro de cabo a rabo y sabía que había un utilísimo apartado sobre “¿Qué le pasa a mi mug cake?”, unos consejos para antes de empezar y unos truquis geniales (¡como el de dónde colocar la taza en el microondas!)
Finalmente salieron los tres mug cakes de la foto. Alguno más “artístico y loco” que los otros, pero de sabor estaban ¡tremendos! Y ya ficharon el “Mug cake de huevo y jamón York” para desayunar algún finde, quizás probando a ponerle la miga de alguno de los panecillos de espelta integral que solemos hacer para desayunar.
Hoy probamos dos recetas más, pero dulces, y la única modificación que hicimos fue rebajar a la mínima expresión la cantidad de azúcar.
A la pequeña Gente Curiosa de esta casa siempre le ha gustado hacer las cosas de forma autónoma, y este libro les encantó, porque podían estar las tres a la vez en la cocina, cada uno preparándose “su cena”, porque para preparar los mug cakes no hacen falta grandes volúmenes de ingredientes ni muchos cacharretes: con un bol, un tenedor y una taza cada una ya era suficiente. Otro detalle es que las medidas vienen expresadas tanto en cucharadas/cucharaditas como en gramos, y eso facilitó mucho la realización de la receta, porque no es lo mismo la cucharada que puede coger uno que otro, así que pesando en la báscula no hubo ningún problema.
El acompañamiento del mug cake de tomates fue un bol generoso de brécol al vapor y unas rodajitas de huevo cocido. Solo nos falta una cosa… ¡ampliar la colección de tazas! ¡Yujuuuu!
Os dejo por aquí el enlace a la página de Webos Fritos donde la propia Su os cuenta más en detalle sobre este maravilloso libro.